NOTAS AL PROGRAMA
“La Aurora había dejado su lecho de azafrán y los tempranos rayos de luz cubrían los cielos, cuando, desde una torre, la reina, con ojos despiertos, vio el día apuntando hacia arriba desde los cielos rosados”.(Virgilio, La Eneida, Libro IV).
Aurora es la diosa romana del amanecer, equivalente a la griega Eos. Una figura asociada a la belleza y la luz que se levanta cada mañana y cruza el cielo, anunciando la llegada de su hermano Sol. Su influencia pervive en el destello de luz conocido como aurora boreal y austral. Además, es un bonito nombre de mujer, como lo es también Rosa, el color de la luz que desprende.
Sinónimo de Aurora es Alba, a quién el valenciano Ferrer Ferrán (1966- ) dedica su Alba Overture. O más bien a Argamasilla de Alba, localidad de la provincia de Ciudad Real situada en el “lugar de la Mancha” donde Cervantes ubicó a su hidalgo Don Quijote. Dedicada a su banda, es una obra fresca y joven con un inicio majestuoso seguido de aires ligeros y cordiales de influencia morisca y flamenca con palmas inclusive. La sugerente parte central representa la amistad y discurre hacia un final galante, propio del aprecio entre el autor y la formación que la estrenó en agosto de 2012 con la dirección del compositor. La Aurora es el amanecer en Sunrise at Angel’s Gate del londinense Philippe Sparke (1951-). Compuesta para la Banda de Infantería del Ejército de los EEUU, ella la estrenó en 2001. Su autor nos dice: “En 1999 fui invitado a Flagstaff, Arizona. Allí visité el Gran Cañón al amanecer y Angel's Gate es una de sus formaciones rocosas. He representado las vistas, los sonidos y la llegada de los autobuses turísticos. Al final de la obra, al son de una campana, se recuerdan los peligros que la belleza del Gran Cañón tan hábilmente esconde”.
El estadounidense Frank Ticheli (1958-) es profesor de composición en la Universidad de Southern Caroline. Blue Shades (1997) toma elementos del jazz y por momentos la banda es tratada como una Big Band. Su sección central desprende blues en una atmósfera de humo y oscuridad clandestina. Al final, el clarinete recuerda al Benny Goodman más “hot”. La obra es un encargo de un consorcio de treinta bandas de música, que la estrenaron simultáneamente. Rosa, la luz que desprende la Aurora, es el nombre que generó A Movement for Rosa, del estadounidense Mark Camphouse (1954-). Compuesta en 1992, es un encargo de la Florida Bandmasters Association en honor a Rosa Parks, quien el 1 de diciembre de 1955 fue arrestada por negarse a ceder su asiento a un hombre blanco en Montgomery, Alabama. Por su acto de valentía personal se ganó el título de “Madre del movimiento por los derechos civiles” y Martin Luther King se dirigió a ella como “quien cuyo testimonio creativo fue la gran fuerza que condujo al avance moderno hacia la libertad”. Las tres secciones de la obra cuentan su historia desde su nacimiento en febrero de 1913 en Tuskegee, Alabama, hasta su última y tranquila serenidad, con un recordatorio final a la persistente presencia del racismo en la sociedad estadounidense moderna. Por último, Aurora, del austríaco Thomas Doss (Linz, 1966- ), representa la transición entre los poderes oscuros de la noche y la luz del nuevo día. Posee una atmósfera espiritual a modo de pintura en la que los colores sonoros evocan imágenes de culturas y tradiciones antiguas. Pueden encontrarse monjes orientales saludando al amanecer con gongs y campanas, sentir el rítmico pataleo de los nativos de América o el saludo salvaje de la selva africana. Compuesta en 1997, hay diferentes estados de ánimo, con predominio de Oriente como lugar de nacimiento del amanecer.
Luis M.ª San Martín Urabayen