FLAMENCO ETXEA

NOTAS AL PROGRAMA

“Nuestra intención es derribar las fronteras mentales entre los géneros musicales.” (J. L. Montón).

“Toda fusión se basa en el entendimiento del otro y en el disfrute.” (G. Hermosa).

El espectáculo “Flamenco Etxea” es una propuesta de La Pamplonesa junto con el director invitado Luis Orduña Ridruejo y sus promotores, el guitarrista barcelonés José Luis Montón y el acordeonista guipuzcoano Gorka Hermosa. Un diálogo de culturas entre el flamenco y la música vasca, mágico y original, virtuoso y sensible, que junto a las voces de la Coral Barañain Abesbatza nos sumergen en un espectáculo para todos que hará que el escenario del Teatro Gayarre se llene de fandangos, bulerías, tanguillos y sonoridades de los maestros Enrike Zelaia y el mismísimo Johann Sebastian Bach. Basado en el CD Flamenco Etxea, publicado en 2011 bajo el sello Cozy Time, los arreglos para banda y voces están realizados por Alberto González Urroz.

El ambiente necesario para sumergirnos en este espectáculo de fusión se crea a partir de la cultura árabe de Al-Andalus, en torno a la ciudad de Córdoba y su mezquita. En La mezquita de Córdoba, compuesta por la estadounidense Julie Giroux (1961-), se describe el recorrido histórico de tan singular monumento, Patrimonio de la Humanidad desde 1984. Nos sumerge en la historia de esta ciudad, fundada en el 169 a.C. por el general romano Claudio Marcelo, que Leovigildo conquistó para los visigodos en el 572 d.C. y que a partir del 716 d.C. fue la capital de Al-Andalus en la Hispania musulmana. Una ciudad que en su época de esplendor (con Abderramán III, en el s. X) era la más poblada de Europa, con 500.000 habitantes (París tenía en torno a 30.000). Había en ella 700 mezquitas, 60.000 palacios, 70 bibliotecas con cientos de miles de manuscritos, así como 900 baños públicos y las primeras farolas de Europa. Un lugar en el que hubo tolerancia, se patrocinaron las artes y se contribuyó a la ciencia. En ella está su famosa Mezquita, testigo de todo ello y que entre sus muros se practicaban las religiones musulmana, cristiana y judía por igual, algo impensable hoy en día. Los cristianos, impresionados por su belleza, construyeron su Catedral entre sus hileras de arcos de herradura y sus mil columnas de mármol, granito, jaspe y alabastro. En palabras de la compositora, “La grandeza e historia de la mezquita ha provocado que se haya ganado un lugar como una verdadera maravilla del mundo civilizado. La obra es una celebración musical a sus logros multiculturales, religiosos y artísticos”.

A partir de ahí, el repertorio contiene obras originales de distinto aspecto, sonoridad y ritmo como Brehme, Fiesta-jaia (vals), Tiempo-denbora (tanguillo), Agua-ura (bulería), Lau haizetara, Kopla berriak, Manantial (tanguillo), Zelaia (jota navarra) y Paco. El director, Luis Orduña, destaca que “presentamos música que no nos atrevemos a clasificar según los puntos cardinales. Es música de aquí y de allí, de ayer, de hoy y de mañana, del Norte y del Sur; en definitiva, música que aúna diferencias y semejanzas culturales; música que merece ser escuchada”.

Y es que en la casa (etxea) del flamenco todo tiene cabida: canciones en euskera y castellano, un vals, una jota navarra, tanguillos, bulerías o adaptaciones de sonoridades de música de Enrike Zelaia o Johann Sebastian Bach. El acordeón llena el frondoso paisaje del norte junto a su invitada del sur, muy bien recibida y con la que dialoga con plena confianza y sinceridad, como si se conocieran de siempre. La música vasca y la flamenca conviven y se relacionan con total naturalidad, tal y como se está en la casa propia, cómodamente.

Un espectáculo multicultural y multisensorial. Un regalo para oídos sensibles.

Luis M.ª San Martín Urabayen