[:es]Iker Martín y Koldo Pastor, notas de una clase magistral[:]

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Hay lecciones de música y hay lecciones de vida, lo que en ocasiones viene a ser lo mismo. «Estudiad todo lo que podáis en vuestra etapa de estudiantes, que luego llega la vida», les dijo el saxofonista Iker Martín a sus alumnos por un día en la sede de ‘La Pamplonesa’. Y la vida, esa que llega cuando uno sale de la academia, encuentra cauces de expresión a través de la música. Otra cosa es el tiempo que uno pueda dedicarle al estudio cuando tiene que llenar otras bocas, además de la suya.

Cuenta su vida a través del instrumento el músico, la plasma sobre el papel el compositor. Koldo Pastor le resta grandilocuencia a su trabajo, «somos artesanos de la composición», afirma. «Mi concepto de la música está apartado de lo que algunos consideran música contemporánea. Son ideas temáticas y melódicas identificables con una armonía convencional», explica, aunque Iker reconozca después que venía prevenido, pues a Koldo le precedía fama de inextricable. El compositor niega la mayor: «Sólo compongo cosas que yo pueda cantar». Que nadie lo intente después en su casa…

Son retazos de una clase magistral, la primera de una serie de sesiones de carácter pedagógico que ‘La Pamplonesa’ tiene previsto ir ofreciendo con los solistas invitados a sus programas. El de este domingo incluye el estreno del Concierto para saxo y banda, de Pastor, con Iker Martín como solista. Aunque el músico irundarra ocupa plaza de saxofonista barítono en la banda, en el concierto utiliza tenor, alto y soprano. «Nunca me he sentido más intérprete que en esta ocasión», dice Martín, pues no existe referencia ni grabación previa sobre la que trabajar. El saxofonista se ha tenido que enfrentar a un largo proceso de preparación y negociación con el autor, ya que la partitura es «un organismo vivo y cambiante». Privilegios de trabajar con música de autores vivos.

A lo largo de casi dos horas, músico y compositor se explicaron ante el alumnado, al que Iker presentó algunas de sus técnicas de trabajo y con el que jugó mediante algunas divertidas aplicaciones tecnológicas con las que se pueden trabajar aspectos de afinación y escucha, de «escucha activa», que sin ella cada uno toca lo suyo pero sin conexión con el otro. La música es diálogo permamente, oídos bien abiertos, también acuerdo entre los deseos del compositor y la realidad del intérprete. Aunque como dijo Martín, acogiéndose a un lema comercial, «impossible is nothing». Lo que está sobre el papel, se puede tocar. Previamente Pastor ha dedicado horas y horas a escuchar música para saxo, asi como estudiado métodos de técnica del instrumento. Nada es gratuito.

El domingo la música sustituirá a las palabras, las miles de horas que suman el trabajo de composición de Koldo Pastor, de estudio de Iker Martín, de ensayos de la banda, tendrán que mostrarse sobre el escenario del Teatro Gayarre. No vayan con prevención y símplemente abran bien los oídos a una música que, como defiende su autor, aspira a emocionar. Y si ven a un saxofonista dando saltos, ese es Iker. Tranquilos, son técnicas de relajación.

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