Tras un primer concierto de ciclo emotivo en el que música y palabra se dieron la mano, el segundo es optimista y la música se asocia con el ritmo y el baile. Es el momento de ser positivos y mirar al futuro, mientras también se celebra el primer aniversario del Concierto del Centenario en el Navarra Arena el 26 de octubre de 2019, en el que la banda estuvo rodeada de miles de amigos.

Decir “Aires latinos” es sinónimo de ritmo y baile. El ritmo es el elemento generador, al que se suman sugerentes melodías y armonías. Esta riqueza es la base de un repertorio muy original, creado por autores locales, pero también por compositores norteamericanos y europeos. Escucharemos muchos de los ritmos más representativos; no se extrañen de que en algún momento les cueste contener las ganas de moverse. Pueden hacerlo, con la precaución necesaria. David Mancini (1952- ) está Graduado como intérprete en la Eastman School of Music de Rochester, en Nueva York. Enamorado de la percusión en todas sus facetas, ha recibido numerosos premios como compositor y como intérprete. La Suite para batería solista y banda es una adaptación del original para Drum Set y grupo de percusión. Con el destacado solista Javier Eguillor, natural de Xixona, será el Estreno Absoluto de esta versión que recorrerá después distintos escenarios del país. Un lujo para los que tengan la suerte de escucharla en directo. Por momentos recuerda al Caribe, pero también a las festividades de Moros y Cristianos propias del levante español. No por ello deja de ser un aire latino.

Brasiliana es una obra del belga J. Van der Roost (1956- ), que incluye tres bailes característicos: el Cha-Cha-Chá nacido hacia 1953 y que como el mambo se crea a partir del danzón cubano, el Calypso de origen afroamericano originado en la isla de Trinidad y Tobago y la Samba, siempre relacionada con Brasil aunque su origen esté en África.

La Obertura Cubana nace de la estancia en 1932 en Cuba del norteamericano de origen judío George Gershwin (1898-1937), donde quedó fascinado por los ritmos de las danzas nativas. Se estrenó en agosto de ese año en Nueva York con el nombre de Rumba. Ya en noviembre, lo hizo con el nombre actual en el Metropolitan Opera House de la misma ciudad. Según su autor, “así brinda una idea más precisa del carácter e intención de la obra”. Con tres secciones, la primera posee un ritmo entre rumba y habanera; la segunda -a través del clarinete-, tiene un carácter más melancólico. La tercera incluye una rumba de gran dinamismo en la que se utiliza la percusión cubana.

Arturo Márquez (1950- ) y José Pablo Moncayo (1912-1958) son dos de los principales exponentes de la música mexicana. La Conga del Fuego Nuevo (1999), de Márquez, se incluyó en el repertorio de la gira europea de la Joven Orquesta “Simón Bolívar “ de Venezuela, dirigida por Gustavo Dudamel. Llena de temperamento y ritmo, a nadie le dejará indiferente. Por su parte, Moncayo, discípulo de Chávez y Copland, compone sobre el género musical mexicano del Huapango, nombre que deriva del vocablo azteca cuauhpango -sobre la tarima-, típico de la región de Veracruz, entre otras. Su origen es del s. XVII por el mestizaje de la música indígena con la instrumentación europea. El que escuchamos es casi el segundo himno nacional de México. Lleno de exotismos, podremos imaginarnos a un danzante que, al sonar de los mariachis y con el sombrero en el suelo, taconea frente a su dama.

Luis Mª San Martín Urabayen