Nota de prensa
03/03/2021EL SECRETO DEL VIENTO AZUL
03/03/2021Nota de prensa
03/03/2021EL SECRETO DEL VIENTO AZUL
03/03/2021Históricamente, la Marcha es una composición instrumental de origen militar destinada a marcar el paso reglamentario de la tropa o de un cortejo. Bajo ese título se han compuesto numerosas obras de autores de música clásica como Beethoven, Mozart, Schubert, Berlioz, Elgar, Britten, Prokofiev, Holst o Shostakovich. Pero también de otros más especializados en música original para banda del s. XX como Robert Jager, Vincent Persichetti, Jef Penders o Alfred Reed. De todos ellos y de diferentes estilos, podremos escuchar obras con esa denominación a través de La Pamplonesa.
PROGRAMA
NOTAS AL PROGRAMA
Históricamente, la Marcha es una composición instrumental de origen militar destinada a marcar el paso reglamentario de la tropa o de un cortejo. Las marchas militares más antiguas que se conservan son las de J. Baptiste Lully, para las bandas de Luis XIV. Tras la Revolución Francesa, Cherubini, Hummel, Beethoven y otros compositores escribieron marchas para regimientos y ejércitos concretos.
Bajo esa denominación se han compuesto numerosas obras de autores de música clásica. Beethoven (1770-1827) compuso una Marcha Turca como parte de la música incidental de Las Ruinas de Atenas. Estrenada en Budapest en 1812, ha servido de inspiración en muchas ocasiones, la más conocida en la sintonía de la popular serie El chavo del ocho. W. A. Mozart (1756-1791) también introdujo una Marcha Turca en su Sonata para piano nº 11 en la mayor, compuesta en 1783. Y también es popular la Marcha Militar nº 1 de Franz Schubert (1797-1828), primera de las tres publicadas en Viena en 1826. Ya en 1846, el francés Héctor Berlioz (1803-1869) introdujo una Marcha Húngara en su obra para orquesta, solistas y coro La condenación de Fausto, estrenada en París el 6 de diciembre de ese año.
En el s. XX muchos autores siguieron creando marchas de concierto, entre ellos tres ingleses. En 1901 Edward Elgar (1857-1934) compuso la Marcha nº 1, conocida como Pompa y Circunstancias y primera de una serie de cinco realizadas en los años siguientes. Estrenada en Londres, después fue adaptada para la coronación de Eduardo VII junto al texto de la oda Tierra de Esperanza y Gloria. En 1941, Benjamin Britten (1913-1976) introdujo una vistosa marcha como primer número de sus Soirée Musicales. Y más conocida para los intérpretes de banda es la Primera Suite en Mib, Op. 28 de Gustav Holst (1874-1934), en la que el tercer movimiento es una marcha. Compuesta en 1909, fue estrenada en 1920 por la Royal Military School of Music. Considerada una de las obras fundamentales del repertorio de banda de concierto, debido a su éxito llegaría después una segunda Suite. El término llegó también a Rusia, con dos nombres destacados: Sergei Prokofiev (1891-1953) y Dimitri Shostakovich (1906-1975). El primero, conocido por ser el autor del cuento musical Pedro y el Lobo, compuso en 1944 March Op. 99, de estilo elegante y carácter humorístico. El segundo, además de sus quince sinfonías, cuartetos, música para cine y muchas composiciones más, hizo dos Suites de Jazz, o lo que él entendía que era el jazz que llegaba de EEUU. La Suite nº 2, compuesta en 1938 para la recién fundada State Jazz Orchestra de Víctor Knushevitsky, se estrenó en la radio y su primer número es una conocida marcha a modo de pomposo e incluso grotesco desfile.
Ya en la segunda mitad del s. XX, los autores especializados en música para banda le otorgaron un carácter nuevo más brillante, pero sin perder su esencia. Es el caso del inglés Robert E. Jager (1939-), quien al estilo de su compatriota Holst realizo varias Suites. La Tercera Suite fue compuesta en 1966 y La Pamplonesa la interpretó por primera vez en el Teatro Gayarre en mayo de 2007, en un concierto dedicado a la música original para banda. El primer movimiento es una marcha de estilo marcial, pero con un marcado y elgariano acento inglés. La representación estadounidense es la de Vincent Persichetti (1915-1987). Natural de Filadelfia, fue compositor, pianista y profesor de la Juilliard School de Nueva York, con alumnos tan célebres como el minimalista Philip Glass. De 1950 es su Divertimento para banda Op. 42. La Pamplonesa interpretó en 2011 sus seis movimientos en un concierto dedicado a autores norteamericanos. El último es una marcha de sonoridad moderna y jazzística. Otra vez en europa, el holandés Jef Penders (1928-2015) compuso MARAM (1997), en la que entre sus números se integra una marcha que incluye temas populares holandeses y que recuerda a las marchas de desfile del norteamericano John Philip Sousa, pero también a la célebre fanfarria con león de la Metro Goldwyn Mayer. Por último, la marcha de la Primera Suite para Banda del estadounidense Alfred Reed (1921-2005), uno de los iconos de la composición para banda cuando se cumplen cien años de su nacimiento. Muy especial para La Pamplonesa, la primera obra de este autor que interpretó fue El Camino Real en 1996, en un concierto dedicado a Manuel de Falla bajo la batuta de su nuevo director J. Vicent Egea. Y la primera vez que interpretó esta suite fue en 2003, en un concierto monográfico en el mismo escenario que volverá a sonar esta marcha de tinte heroico hollywoodiense. Un gran colofón a esta nueva forma de salir de “marcha”.
Luis Mª San Martín Urabayen